martes, 5 de agosto de 2008

principiante

Los pies son estacas en el pavimento, no puedo llegar a esa caja atrofiada.
La noche esta horriblemente fria, las personas pasean rápidas y sigilosas como lobos,
con esos ojos brillantes y codiciosos.
Elijo quedarme en casa, entonces el entorno es demasiado grande aunque esto sea un monoambiente, la información entra relajada por todos los espacios de la casa, la televisión es un monstruo que todo lo atrapa y todo corrompe, nose exactamente en que momento ocurrió pero todo lo que ahí se ve es caricatura, todo principalmente los noticieros.
Esta mi computadora, gente que habla, luces naranjas titilando desde el MSN, música, información, mucha información, demasiada.
La cama, los vacíos, la ansiedad acordarme que tenia que hacer algo y no lo hice, descontrol, ganas de drogarme como un perro, ganas de destrozar todo, maquillarme glam, pasear en taxi mientras tomo cocaína de la nuca de una chica corrompida.
Noche tras noche con nuestros dedos como agujas hundiéndose profundo en el pecho, nuestras gargantas llenas de bilis y odio, vomitando insultos quebrándonos los huesos mientras la sangre corre por las sabanas hasta la alfombra.
Una caja cerrada, un cubo desierto de cualquier sentimiento, unas cuantas cajas apiladas en la esquina de la morgue, hamburguesas caseras para vender en la costanera.
Niños divirtiéndose en un jardín de infantes, empresarios preparando una estafa, chicos de la calle, presos preparando la fuga o viceversa pero muy rara vez.

El temor de ser un poeta maldito
El respeto a bukowski se transforma en asco.

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